Los que estuvieron de más
Por Alberto Cervantes
Sin duda en el presente sexenio hubo funcionarios que estuvieron de más y fueron “aviadores” más caros que si se tratara de pilotos de aeronaves intergalácticas, ya que se dedicaron a vegetar, alimentarse de la ubre gubernamental, sin trascender ni realizar algo importante para el Estado ni sus dependencias.
Hacer un cálculo de cuál fue el más ineficaz de los funcionarios sería una tarea harto difícil, ya que la calidad no fue precisamente una característica que tuvieran de su lado; sin embargo, durante diversas ediciones de este rotativo sin duda a quienes más se les mencionó por ineficaces, mostrencos y malos funcionarios fueron Víctor Alcérreca Sánchez y Eduardo Ovando Martínez.
Víctor Alcérreca. |
Víctor Alcérreca inició en este sexenio como diputado federal, sin embargo su paso por la Cámara en San Lázaro fue de noche, debido a que fue un legislador más; lo único notable que hizo fue pelear para querer ser candidato a senador. Para su mala suerte, de sus esfuerzos solo quedó el recuerdo ya que no hubo ni como poder ganarle la candidatura a un personaje de la estatura de Pedro Joaquín.
Posteriormente, al quedarse sin chamba, Alcérreca regresa a Quintana Roo y es invitado a formar parte de la Secretaría Estatal de Desarrollo Económico (Sede) en donde empieza a enemistarse con empresarios del norte y sur de Quintana Roo.
Además, hizo evidente su desconocimiento de las políticas económicas en la entidad por lo que en reiteradas ocasiones empresarios telefoneaban al gobernador González Canto para solicitarle la destitución de Víctor Alcérreca, quien nada más no daba una.
Posteriormente ante tanta insistencia de que en materia de desarrollo económico Víctor Alcérreca no daba una fue designado como titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Rural e Indígena (Sedari), esto debido a que había que pagar la factura con su padrino político Joaquín Hendricks, de nueva cuenta pese al reclamo de los productores y agricultores, pues llega a Sedari sin conocer el área en donde él como ingeniero petroquímico no tenía nada que hacer.
Ahí Alcérreca empezó a enemistarse más con el sector productivo, lo mismo que con la prensa que le hacía notar su falta de conocimiento en referencia al campo y las necesidades de los productores rurales, ahí el lastre de este sujeto no terminó.
Ya que empezó a ser mencionado como un presunto corrupto al hacer negocios turbios al margen de Sedari, esto situación le trajo conflictos y manifestaciones por parte de campesinos de todo el Estado.
Por lo que tuvo que irse a la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) en donde nuevamente ha vegetado, y realmente ningún logro ha tenido más que dar escándalos y poner ejemplo de lo que no debe hacer un funcionario público cuando ya su edad y mente no le dan de sí para actuar.
Eduardo Ovando. |
Otro funcionario que ha sido altamente caro para el erario público en esta administración es Eduardo Ovando Martínez, otro chetumaleño que pasó de noche por el Senado de la República, en donde parece que fue a perder el tiempo, ya que ni las tablas o estatura política se le ve, Ovando Martínez –a falta de más cuadros importantes– se disputaba la candidatura priista al gobierno del Estado en su momento con el todavía gobernador Félix González Canto.
Por esta razón luego de haber sido vapuleado por Félix González, Ovando Martínez regresó al senado un tiempo más para acabar su periodo y al concluir regresa Quintana Roo a ser aviador gubernamental ya que fue nombrado representante del gobierno en la Zona Norte.
Ahí Ovando Martínez vegetó por espacio de un año, en donde empezó el gusanito para ser otra vez aspirante a la gubernatura y reactivar sus redes que estaban más muertas que el mismo mar muerto.
Poco después lo nombran secretario de gobierno, en donde únicamente se dedicó a colocar a su familia en posiciones gubernamentales, ya que a su hijo de ser visitador de la Comisión de Derechos Humanos en Tulum, lo nombró primer visitador del Estado.
De igual manera a sus parientes políticos como Harley Sosa lo hizo subsecretario en la secretaría de Gobierno y para finalizar se regaló una notaría.
Causó problemas con sindicatos y ha sido constantemente señalado por sus problemas de carácter y poner en contra a todo el gabinete incluso en convertirse en un lastre para la operatividad política de la entidad.
Así este par de funcionarios son lo que se tiene en Quintana Roo y es de esperarse circulen y ya no se incrusten nuevamente en la estructura gubernamental de la entidad.
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