miércoles, 23 de enero de 2013

En la lucha por un Quintana Roo verde



Marcelo Carreón Mundo, ingeniero agrónomo de profesión, como dirigente de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas, lleva años defendiendo el desarrollo de las comunidades indígenas en comunión con la naturaleza.


Por Miguel Arroyo

–¿Quién es el ingeniero Marcelo Carreón?
–Soy un ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, con algunos diplomados en agroforestería, en recursos naturales y en otras disciplinas. Estudié la primaria en un ejido llamado Libertad en el estado de Campeche, mi secundaria la hice en la Escuela Tecnológica Agropecuaria # 80 de Escárcega y de ahí me trasladé durante unos años a la escuela de Uruapan, Michoacán, donde se forma a los guardias forestales y posteriormente a la Universidad Autónoma de Chapingo.
Tengo 54 años, nací en la Sierra Indígena de Veracruz el 17 de julio de 1958, estoy casado con una compañera muy trabajadora, la ingeniera Victoria Canto; hemos procreado tres hijos: uno de ellos ya terminó la maestría en recursos naturales, otro de ellos ha terminado su carrera en la Universidad de Quintana Roo, en economía y comercio internacional y el último de mis hijos está terminando la preparatoria en este momento. De todos ellos me siento muy orgulloso; dos de ellos nacieron en Felipe Carrillo Puerto, y al otro desde muy pequeño lo trajimos para iniciar el trabajo que hoy ostentamos que con mucho orgullo.
Me gusta mucho la actividad deportiva, yo fui  en la universidad un apasionado del ciclismo y el basquetbol, el cual hasta la fecha sigo practicando. Por eso admiro mucho a los jóvenes deportistas, quienes siempre he dicho que son no sólo el futuro sino el presente, pues de ellos dependen muchísimas cosas en esta era de avances tecnológicos.
Llegué a trabajar a Felipe Carrillo Puerto en 1984, comisionado en el aquel entonces en el Plan Piloto Forestal, por la Secretaría de la Agricultura.  Fundé la Sociedad Civil Forestal, después la UNORCA, pues me arropó la población en general y sobre todo las comunidades indígenas, a las que les debo mucho y con las que hemos trabajado bastante. Actualmente soy el dirigente Nacional de la Unión Nacional de Organizaciones Indígenas Autónomas, también fui líder nacional de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales, hoy todavía soy consejero Nacional del Consejo Nacional Forestal, y consejero del Consejo Mexicano de Desarrollo Rural Sustentable, consejero del Consejo  Agropecuario en el estado de Quintana Roo.
Sinceramente me siento muy emocionado y comprometido con la población, con la gente y sobre todo con los productores campesinos y las mujeres, y con todas las instituciones que velan por el campo y particularmente por las zonas indígenas, que son las que más necesitan de nuestros servicios, de nuestro trabajo y de nuestros apoyos.
He sido también diputado local  por Carrillo Puerto; también estuve también en la Dirección de Desarrollo  Forestal en el Gobierno del Estado aplicando programas y proyectos que pudieran beneficiar directamente al campo.  Podemos decir que soy una persona comprometida y dedicado cien por ciento a mi trabajo, para mí no existen los días festivos, solamente existe el compromiso de mejorar las condiciones de vida de todas las familias de la zona indígena.

–¿Qué ha realizado por el Municipio de Felipe Carrillo Puerto? 
–Cuando llegué, en 1984, las condiciones de vida y la economía la del municipio eran  muy difíciles, y los campesinos recibían un pago muy bajo por sus productos, no había un trabajo ordenado de la cosecha de la madera. Nos dimos la tarea de hacer planes de trabajo sustentados en la Ley Forestal para que cosecharan en forma ordenada y sobre todo vendieran a precios justos. En esos tiempos por un durmiente a los campesinos se les pagaban 240 pesos cuando el costo real llegaba a los 960 pesos. Fueron de las primeras cosas a las cuales nos enfocamos a trabajar, así como a capacitar a la gente sobre el manejo de sus propios recursos.
Eso también crea la necesidad de configurar una Organización  Productora de Recursos Naturales, la Sociedad Civil Forestal que aglutinaba inicialmente a 14 ejidos, y  hoy a 20 ejidos funcionando. Su natural crecimiento nos llevó a constituir la UNORCA, que en mi calidad de dirigente nacional me ha dado la oportunidad de atraer recursos de carácter nacional e internacional hacia el municipio, que están ayudando a lograr una mejor calidad de vida en la gente. Aplicamos programas como la cría de fauna silvestre, de viveros, de un mejoramiento en la producción de maíz y hortalizas.
Creo que la aportación que hemos dado al municipio es buscar estrategias productivas que no conlleven problemas graves: hemos sido muy cuidadosos en conducir una lucha social campesina donde siempre imperen el diálogo, la armonía y la productividad, en busca de una mejor calidad de vida.
Hemos representando a la zona maya con todas sus experiencias y sus logros en foros internacionales, como en Argentina, Brasil, Canadá y Estados Unidos. Fundaciones internacionales nos solicitan compartir nuestras experiencias para el desarrollo racional y sustentable de la selva. En el país hemos apoyado la creación de otras organizaciones campesinas, en Guerrero, Durango, Chihuahua, San Luis Potosí, Querétaro, Michoacán, entre otras entidades.
Me ha tocado atender movimientos sociales muy difíciles, como la marcha que realizamos, con poco más de 5 mil compañeros hasta la ciudad de Cancún, en oposición a que la Organización Mundial del Comercio decidiera la vida de los bosques, que posicionó a Quintana Roo en el mundo como una entidad de defensores de la naturaleza. Durante la recientemente celebrada reunión de la COP 16 también nos manifestamos con más de 3 mil campesinos.


–¿Qué cree usted que se requiera para que Felipe Carrillo Puerto se desarrolle como debiera?
–Siento que estamos ante un gran reto para la zona maya, que debemos encontrar estrategias para posicionarnos y producir lo que necesita el corredor turístico, hablando desde la Riviera Maya hasta Majahual; se requieren los productos del campo para abastecerlo y estoy seguro de que tenemos la capacidad y la calidad de hacerlo. Lo primero es buscar construir el mercado del productor, un mercado inteligente para que abastezcamos tanto a los turistas como a la demanda interior, con todo lo que podamos, fruta, verdura, semillas, injertos, carne, todo lo que podamos producir, porque tenemos ese potencial de mercado; tenemos la mano de obra dispuesta, tenemos a las organizaciones dispuestas tanto en la miel como en la madera, las hortalizas a través de los invernaderos, como en la producción de huevo, carne y leche. Creo que este es el momento de Carrillo Puerto, demostrar que no nos estamos quedando atrás, al contrario; motivarnos para ser mejores y más fuertes.
Yo no sé qué vaya a suceder en estas contiendas políticas que se avecinan, pero sé que el Gobernador está buscando la mejor estrategia para Carrillo Puerto; entonces si a este impulso que nos brinda el gobernador, le sumamos el del gobierno federal, que en palabras de Enrique Peña Nieto ha prometido que el campo será prioridad nacional, nosotros debemos estar allí, apoyando;  nuestro gobernador se ha pronunciado por un Quintana Roo Verde y yo ya estoy apuntado para colaborar con él.
Por otro lado, en cuanto al turismo rural, tenemos que ser muy hábiles para aprovechar nuestros potenciales corredores turísticos; hay suficientes áreas naturales, lagunas, cenotes, y en el aspecto cultural mucho respeto por los usos y costumbres de la gente que quiere dar a conocer lo que los mayas han hecho, su medicina, sus ceremonias integradas al respeto por la naturaleza. Ofrecer nuestros productos, nuestro trabajo a través de una verdadera expo, una feria de los mayas donde se pueda hablar de todo lo que hacemos; no me refiero a igualar lo que otros hacen, como en Chetumal o en José María Morelos; la de nosotros tiene que ser de mejor Calidad, nos falta organizarnos, llamar a los empresarios, a los estudiantes, maestros, campesinos, a las amas de casa, a todo aquel que esté interesado en lograr una gran feria.
Debemos reconocer que tenemos los mejores artesanos de Quintana Roo, y a lo mejor del mundo entero –los mejores pintores expresivos, como Marcelo Jiménez, artistas como don Juan Cimá  en Dzulá, uno de los  mejores talladores de madera– y que no los estamos aprovechando. Apoyar la educación trilingüe para que nuestros niños y jóvenes dominen el maya, el español y el inglés. También la cuestión de la salud es imperativa, que las clínicas rurales estén abastecidas de medicinas, del equipo indispensable y necesario para atender a los niños, parturientas, a los enfermos. Esos doctores que se comprometen con la gente que deben estar ahí viviendo en la comunidad como lo hacen las misiones culturales, a las cuales les envío mis felicitaciones, y así deberían existir las misiones agrícolas, forestales y otras más.

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