UNA REFLEXIÓN EDUCATIVA PARA QUINTANA ROO
Por Flor González
Ahora que el próximo 5 de abril damos inicio a la administración del Gobernador electo Roberto Borge Angulo con el compromiso de impartir una formación escolar de calidad dentro del marco de que una educación es la clave para el buen y sano desarrollo de Quintana Roo, compartimos los siguientes elementos a considerar en su propuesta educativa:
La actual tendencia pedagógica en México se basa en el modelo educativo finlandés ¿a qué se le atribuyen estos logros que enorgullecen a los finlandeses y generan curiosidad al resto del mundo? A su educación. El informe PISA (Programme for International Student Assessment por sus siglas en inglés: Programa Internacional de Evaluación para los Estudiantes), que cada 3 años mide la calidad educativa de alumnos de más de 50 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), fue dado a conocer a principios de diciembre pasado y dejó ver, una vez más, que su sistema educativo es uno de los mejores del mundo.
No es la primera vez, en la que se demuestra que el éxito de una nación (o la falta de él) descansa sobre su política educativa. Por eso resulta pertinente conocer las últimas tendencias pedagógicas: saber qué funciona y qué no en la educación del siglo XXI permite aprender de la experiencia ajena e intentar imitar (en lo posible,) a los exitosos.
¿Qué hacer?
En el campo educativo, más allá de la casuística, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) propone los lineamientos de lo que debieran ser las tendencias mundiales. “Son dos; el primero es aprender a aprender, que implica enseñar a pensar inteligentemente, a resolver problemas de diferente orden, a distinguir la información verdadera de la falsa, la importante de la espuria, a comunicarse a partir de diferentes lenguajes. Por otro lado, aprender a vivir juntos, o sea, ofrecer una educación moral en la que las nuevas generaciones breguen, se importen y trabajen por sociedades inclusivas y justas; este aspecto de la educación es central”, advierte la Directora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés (UdeSA), Argentina; para quien la educación no puede ser sólo sinónimo de información.
El reto de Borge dentro del paradigmático caso Finlandia
El Gobernador electo en su comunicado en materia educativa recalcó que tiene el reto de garantizar a todos los niños y jóvenes acceso a la educación para que cuenten con herramientas que les abran oportunidades de empleo y les permitan mejor calidad de vida. Lo anterior será posible si toma como punto de partida que el modelo finlandés es público y gratuito, como en México, hasta el nivel universitario, con la diferencia de que sólo un tercio de los que se postulan a cursar una carrera de grado logran cumplir con los requisitos académicos (examen de admisión); el resto, tiene la posibilidad de acudir a una “escuela superior profesional” que cuenta con un 57% de subvención estatal.
En líneas generales, los alumnos finlandeses manejan tres idiomas y el 65% obtiene un título terciario; la deserción escolar es del 0,5% y el porcentaje de repitencia es de apenas el 2%. Los métodos utilizados motivan el aprendizaje a través de trabajos en grupo y la búsqueda de información, y las nuevas tecnologías están incorporadas a todas las asignaturas. Se trabaja en clases de 15 a 20 chicos por aula (a partir de secundaria, los cursos inferiores suelen ser más numerosos) en pos de que los maestros puedan detectar las necesidades individuales. La lectura y escritura, así como las matemáticas, son prioridad, en un plan en el que la enseñanza apunta más a las competencias y a la creatividad que a la mera incorporación de datos.
Una vez más, el reto de Borge
En primer lugar, con base en Gvirtz, autora, de entre una decena de libros, de Mejorar la escuela, acerca de la gestión y la enseñanza; debemos señalar que en Finlandia la situación socioeconómica de toda la población es tanto mejor que en Quintana Roo. Esto implica que sus habitantes tienen mayor acceso a libros y otros bienes culturales que hacen al proceso educativo.
En segundo término, en este sistema los maestros ocupan un lugar de prestigio social (sólo un 20% de los aspirantes accede a la carrera docente) y obtienen, por su desempeño, un salario más alto del que perciben los colegas mexicanos (un maestro recién iniciado puede cobrar alrededor de 1500 euros y uno con experiencia, cerca de 2400).
Suelen trabajar en equipo, se supervisan unos a otros y cuentan con una tarde a la semana para preparar sus clases juntos. Tienen una formación básica de seis años en la universidad, las escuelas son de jornada completa y destinan tiempo de preparar sus clases para el día siguiente. Además, los edificios están en mejor estado y didácticamente preparados. Por último, acorde con Gvirtz, conviene mencionar que el concepto de gratuidad en aquel país incluye la provisión de libros (la cual tenemos en Quintana Roo hasta el nivel medio básico) y útiles escolares a los niños y jóvenes que asisten a la escuela.
¿Cuál es el secreto de los mejores?
Si bien cada uno de estos países cuenta con un régimen singular, los denominadores comunes en calidad educativa para Hong-Kong, Canadá, Japón y Australia, entre otros, son: contratan a los mejores profesores y les sacan el máximo provecho, existe continuidad en las políticas educativas, el nivel de compromiso público con la educación es elevado e intervienen rápidamente cuando los resultados de los alumnos empiezan a bajar. Esto último es fundamental. Los países destacados intervienen pronto y siempre. En Finlandia, uno de cada tres alumnos de los más rezagados en algunas escuelas recibe clases individuales de apoyo; en Singapur, por ejemplo, se imparten lecciones extras al 20% de ellos.
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