Verdadera prueba de fuego han tenido Jorge Acevedo Marín, titular del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social y Rangel Rosado Ruiz, Jefe de la Unidad del Vocero, ambas dependencias del Gobierno del Estado de Quintana Roo.
Acevedo Marín cortó de tajo todos los programas políticos y sacó del aire a los periodistas y comunicadores que habían convertido la radio gubernamental en un nicho privado y que mantenían contra la pared a un sistema político controlado, más que por la cúpula del Poder Ejecutivo, por una "fantasmal" pero tangible cúpula del "Cuarto Poder". Jorge Acevedo logró que los noticieros de la radio estatal sean reales noticieros y no un foro de críticas y opiniones que no contribuían a la veraz y objetiva información. Asimismo, depuró la saturada agenda radial de temas políticos en donde eran beneficiados amigos y enemigos de los gobernantes en turno. Lo que viene después de esta medida aún lo desconocemos, pero debe ser al menos mejor de lo que estaba; que ya estaba bastante viciado.
Rosado Ruiz es un personaje bastante hábil. Se preparó en materia periodística para que nadie objete su capacidad en el oficio más allá de su destreza en la "operación" subterránea. Él tiene que enfrentar la inteligente estrategia del recorte que existe en los "convenios" que habían en todas las dependencias gubernamentales. Esa estrategia ha ocasionado severas inconformidades en periodistas y propietarios de medios de comunicación acostumbrados a "servirse con la cuchara grande" y para colmo traicionar "la mano que les da de comer".
Rangel Rosado no tiene un período sencillo, porque hay quienes guardan esperanzas de que todo vuelva a la normalidad, y cuando eso no suceda van a querer cobrárselas a él. Ahí es donde demostrará su real habilidad y fortaleza.
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