sábado, 21 de mayo de 2011

La cárcel de Cancún, peligro creciente

La promesa de un Cereso a las afueras de la ciudad se ha ido cayendo, pues la federación no aportó los recursos necesarios para tal efecto y lo peor del asunto es que cada vez está más sobrepoblada y el riesgo de más amotinamientos es toda una realidad.

Por José Pinto Casarrubias

Nuevamente la cárcel de Cancún es el termómetro que nos indica la inseguridad que priva en el municipio de Benito Juárez y la tensión se ha reflejado en las altas esferas del estado, incluso, ya con la primera baja que fue la salida del director de la prisión Higinio Sánchez Baltazar, aunque recientemente se dijo que a finales de mayo estaría de regreso.
De hecho, su traslado a un Hospital Militar se dio antes de que fuera citado a declarar en torno al más reciente amotinamiento que ocurrió el 11 de mayo. Entre tanto y de manera provisional, la Secretaría Estatal de Seguridad Pública (SESP) informó que su lugar sería tomado, por el director general de Prevención y readaptación Social, Ignacio Moreno Mejía.
De hecho el propio gobernador del Estado, Roberto Borge Angulo, ordenó al secretario de Seguridad Pública, General Carlos Bibiano Villa Castillo, que mientras se restablezca de salud el director del penal, quedaba en su lugar como responsable  Moreno Mejía.
Si bien estos problemas no son nuevos, pues cuando la prisión estaba en manos del Ayuntamiento se registró un sangriento motín y varios intentos más, a un año que el gobierno del estado tomó las riendas, la situación no ha mejorado, pues en menos de una semana hubo cuatro asesinatos dentro del penal, por evidentes ajustes de cuenta de grupos antagonistas que luchan por el control del autogobierno en el penal.
Es indudable que las actuales autoridades pretenden erradicar los cotos de poder al interior y una de las primeras acciones adoptadas, fue endurecer las medidas de seguridad en los filtros de revisión y la otra, la rotación de todos los custodios y celadores para evitar la corrupción que aún sigue y que será muy complicado evitar.
Estos cambios han originado la inconformidad de algunos reos, quienes pretenden seguir cobrando cuotas de protección y eso se ha trasladado afuera de la cárcel, donde los propios familiares también se han manifestado para exigir les permitan introducir cosas que solo en esta cárcel se permitía.
Pero esta es solo una de las irregularidades existentes en la cárcel y estas quejas y amotinamientos seguirán pues las reglas se endurecerán aún más y basta con decir que las "salidas" furtivas de algunos reos con privilegios dejaron de existir y esto evidentemente también les ha perjudicado, pues a veces hasta un fin de semana completo salían de la cárcel para pasarlo con sus familias, sin que nadie hiciera nada.

Muy peligrosa la cárcel, ya que está en  medio de la mancha urbana

Tras la edificación de esta cárcel en 1993, jamás se imaginaron las entonces autoridades el problema que significaría esta cárcel preventiva para los fraccionamientos que se construirían a sus alrededores y hoy en día hay cientos de familias temerosas de que se repita el violento motín del 2006, donde más de cien reclusos escaparon y se ocultaron en diversos predios y techos de las casas.
De hecho a raíz de esto, muchas casas se pusieron a la venta por el riego que representaba para las familias cancunenses de esta zona de la ciudad.
La promesa de un Cereso a las afueras de la ciudad se ha ido cayendo, pues la Federación no aportó los recursos necesarios para tal efecto y lo peor del asunto es que cada vez está más sobrepoblada y el riesgo de más amotinamientos es toda una realidad, lo único que necesitan los reclusos es tener más pretextos para perpetrarlos, sin importar las vidas que estén en juego y más aún, cuando el 30 % de los custodios rebasan los 50 años de edad.
De hecho recientemente el gobernador Roberto Borge Angulo solicitó al secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, que el Cereso fuera reubicado, es decir que no se hiciera en Leona Vicario con estaba previsto, sino sacarlo de Benito Juárez, para evitar problemas que inhibieran la llegada de turismo a Cancún.
Por ello la situación se está analizando en la ciudad de México y seguramente pasarán muchos años para que este Cereso sea una realidad.
En la cárcel de Cancún hay menos de 100 custodios y celadores, muchos de ellos con más de 25 años trabajando en esta prisión cuyas medidas de seguridad sabemos son muy precarias, al igual que su salario.
En el Cereso de Chetumal y en la cárcel de Cancún, existen represalias en contra de los prisioneros que no pagan sus cuotas por "protección" y viven un verdadero calvario y aunque la mayoría de los internos están en contra de la famosa "comitiva", nadie se atreve a denunciar los atropellos por temor a represalias en contra de ellos y de sus familias.

Testimonios de ex reclusos

Los internos de nuevo ingreso pagan cuotas para no hacer limpieza o sencillamente para no ser golpeados por la comitiva y los que tienen tienditas, deben pagar cuotas para poder vender sin problemas, alcohol, tepache y cocaína y cuando hay operativos de revisión, los primeros en enterarse son los líderes, quienes ordenan a los demás ocultar armas, drogas y celulares.
Esto sin mencionar las famosas celdas VIP que fueron descubiertas hace algunos meses en el penal de Chetumal.
En Cancún, la situación es igual o peor y por ello entrevistamos a algunos ex reclusos que vivieron en carne propia lo que  es un secreto a voces y  para el que quiera vivir en una de las tres o cuatro celdas de lujo que hay, deben pagar hasta 10 mil pesos mensuales.
"Las celdas conyugales VIP solo son tres o cuatro, esas valen 10 mil pesos y ahí viven los que tienen dinero para pagarlas, los que quieren estar solos o quieren estar con su familia, son más grandes que las celdas normales, tiene tele, aire acondicionado, tienen de todo, son de lujo, vives como si no estuvieras en la cárcel y se localizan arriba de la enfermería". 
Esto lo aseguró un ex recluso, que estuvo purgando una pena de varios años, por el delito de robo calificado.
Cuando alguien de reciente ingreso llega a la cárcel, la comitiva ya lo está esperando, para ese momento ya saben quien es y por qué delito se encuentra ahí.
Las cuotas de protección que cobra la comitiva van de los 5 mil a los 30 mil pesos dependiendo del tipo de delito por el que ingrese el presunto delincuente, o en su defecto, tiene que ver con la capacidad adquisitiva de los propios reclusos o de sus familiares.
"Ellos te cobran protección, pero los que te golpean, son los que están allá adentro, los que cuidan la cárcel, los mismos presos, nadie más te golpea, solo son ellos los que te meten presión con tu familia, ellos son los que mueven todo, los demás reos no se meten contigo, ellos te meten en una celda y te piden números telefónicos de tus familiares, entonces les marcan y de esa forma los extorsionan, te ponen la bocina para que tu familia escuche como te golpean".
Los que de plano no pagan porque no pueden, entonces deberán encargarse de hacer la limpieza de todas las áreas.
En esta cárcel todo se mueve con dinero, al principio la comitiva regala droga a los internos para tenerlos de su lado y para que estén tranquilos, pero más adelante se las venden, en 50 y cien pesos cada dosis de cocaína, una cerveza cuesta 45 pesos y el six hasta 250 pesos.
La mayoría de los reos cuentan con celular y horas antes de que se realice un operativo los propios celadores informan a la comitiva para que todo mundo esconda aquello que está prohibido.
Pero ¿cómo entran estas drogas y por dónde?, según lo explican los entrevistados, antes había un acceso por el área preventiva, mismo que fue cancelado hace poco más de un año y entonces empezaron a meter todo por el acceso principal del penal, con la complacencia de las autoridades, por lo menos hasta hace un mes.

En la cárcel se festeja (o festejaba) hasta el día del reo
  
De acuerdo a uno de los ex prisioneros, en la época de El Negro Villanueva, el día del reclusos circulaban cantidades exageradas de alcohol, droga, contrataban a sexo servidoras, y todos los gastos eran solventados por el propio líder y evidentemente con la complacencia de las propias autoridades, de ese tamaño se cometían excesos en la cárcel y por ello es lógica su molestia, porque las cosas han cambiado, aunque no mucho.
Recordemos que a finales de marzo del 2009, Martín Villanueva, líder del autogobierno fue trasladado a un penal de Nayarit junto con otros reos, quienes también tenían licencia para salir del penal de noche, incluso para beber en la Yaxchilán.
Un mes antes de este traslado, fue capturado el entonces director Marco Antonio Mejía López, más tarde fue cesado su sucesor Alberto Rojas y el 17 de septiembre del año pasado, Jorge Mendoza Argüelles tomó posesión como responsable de la prisión, a pesar de sus  malos antecedentes, pues en el 2006 fue cesado de la Dirección Municipal de Seguridad Pública de Reynosa por sus presuntos vínculos con el narcotráfico…veremos que más hace falta que pase en esta cárcel para que se tome al toro por los cuernos.

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