Aurelio Joaquín González, Edith Mendoza Pinto, Filiberto Martínez Méndez y Carlos Mario Villanueva Tenorio, presidentes municipales de Cozumel, Tulum, Solidaridad y Othón P. Blanco, respectivamente, están haciendo una labor hormiga, muy técnica y midiendo, entre otras cosas, quiénes son sus reales aliados y quiénes son simples "esquiroles" o "arribistas" que únicamente acostumbran "sangrar" el erario.
Han adoptado una posición estratégica, aunque riesgosa, de no otorgar las concesiones que en el "trienio" anterior habían brindado sus antecesores a empresarios, reporteros y políticos, reduciendo en un treinta por ciento (en algunos casos menos) los egresos en materia nominal y de proveedores y servicios.
Su plazo circunstancial es de no menos 60 días, aunque hay otros que llegarán a los 100 días de administración para poder "soltarle" a los que tuvieron la paciencia requerida y no se desbocaron en golpeteos o diatribas. Mientras, al menos en Solidaridad, aunque las quejas por el exceso de trabajo son mayúsculas, la realidad es que no se trata más que de una "prueba de fuego" para todos los niveles de la administración municipal. Y el que desee trabajar que lo demuestre desde que sale hasta que se ponga el sol, los siete días de la semana.
Y para mujeres con pantalones, sin duda la alcaldesa de Tulum. Ella es quizás de quienes más difícil han tenido que iniciar su administración, porque el necio del ex alcalde ha buscado por todos los medios desestabilizar el orden municipal. Edith Mendoza no se esconde, dio y da la cara, y lo mejor, no se sienta a llorar, alza el rostro y brinda soluciones. Concilia. Resuelve.
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