sábado, 30 de julio de 2011

Voz Autorizada


El Tren Peninsular, beneficio para todos

Por Arturo Grau Murillo

Una buena noticia –que suena a nueva para algunos yucatecos y quintanarroenses, pese a tratarse de un proyecto que ya lleva tiempo en preparación– es la cada vez más cercana posibilidad de concretar el largamente añorado Tren Peninsular que conectaría a Quintana Roo con Yucatán, y del que se escuchaba desde la administración gubernamental del Lic. Félix González Canto.
Se prevé que el tiempo de viaje entre las terminales de ambos estados se haría en aproximadamente dos horas y media, a una velocidad de 180 km/h. Para el proyecto, que requeriría de una inversión superior a 11 mil millones de pesos, se dice que se cuenta con todo el apoyo del Presidente de la República, Felipe Calderón, quien destinaría recursos federales a los gobiernos de Yucatán, Quintana Roo y Campeche para poder consolidar esta obra que beneficiará a todos.
Se avizora como un proyecto de enorme trascendencia, pues además de constituir un detonador económico que impulse la actividad turística, abarataría los costos de transporte para los aproximadamente 30 mil yucatecos avecindados en la zona norte de Quintana Roo que, se calcula, semanalmente viajan a su lugar de origen.
Tras el proyecto de factibilidad, financiado por el Banco Mundial, parece inminente la licitación pública nacional e internacional, en la cual participarían al menos una decena de empresas chinas, alemanas, francesas, inglesas, canadienses y mexicanas. Sin duda sería un medio de transporte muy solicitado y exitoso, pues para sus usuarios implicaría no sólo la posibilidad de desplazarse hasta sus poblados nativos con un costo minoritario, al alcance de los bolsillos de todos, sino que lo harían también con un margen de seguridad mucho más elevado que, por ejemplo, las tristemente famosas "vans de la muerte" que tantas víctimas han dejado a lo largo de las carreteras quintanarroenses.
Conforme a los datos del proyecto dados a conocer por los gobiernos de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, en su primera etapa el tren transpeninsular recorrerá sus primeros 336 Kilómetros entre Yucatán y Quintana Roo, con la ciudad de Mérida como punto de inicio y el poblado de Punta Venado, en la Riviera Maya, como destino final. Aunque en su inicio no habrá paradas intermedias, se contempla la instalación de terminales de trenes en los municipios yucatecos de Tixkokob, Tekantó, Tunkás, Dzitás, Chemax, Progreso y Valladolid, donde estaría la primera etapa, para continuar por Chichen Itzá, y en Quintana Roo por Tulum, Cobá y Cancún.
El proyecto completo incluye, en su tercera etapa, la integración del estado de Campeche, para unir completamente la península, y en Yucatán se prevé ampliar la ruta hasta el puerto de Progreso.
Una vez publicada la licitación, las empresas habrán de presentar sus propuestas de servicios, presupuestos y modelos de las máquinas, para determinar el fallo con base en la mejor calidad y costo, sin dejar de lado lo relativo al cuidado del medio ambiente. Además del uso para pasajeros, se pretende la integración del servicio paralelo de transporte de carga; esto sería benéfico, por ejemplo, en el caso de transportación de combustibles, pues Petróleos Mexicanos traslada grandes cantidades de turbosina en pipas de Puerto Progreso, Yucatán, a los aeropuertos de Mérida y Cancún (éste último requiere más de 20 mil millones de litros semanalmente); con esto se abaratarían costos y aumentaría el margen de seguridad carretera, al dejar de transitar por ellas los grandes camiones de Pemex repletos de un combustible tan peligroso.
Esperamos que esta inversión de muchos millones de pesos termine por concretarse y se cumpla en los tiempos proyectados; es, además de una obra que traerá grandes beneficios para la ciudadanía, un símbolo de la integración que existe entre los tres estados hermanos de la península, en la cual tienen el mayor interés tanto el Lic. Roberto Borge Angulo como los gobernadores de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, y de Campeche, Fernando Ortega Barnés. Reciban un fuerte abrazo, lectores de Contrapunto.

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