sábado, 19 de marzo de 2011

INDESEABLE HERENCIA

Municipios endeudados, arcas vacías, escándalos, señalamientos de corrupción, descontento y desilusión populares será todo lo que dejen a sus sucesores la mayor parte de los ediles que concluirán sus encomiendas el próximo mes de abril.

Por Alberto Cervantes

Los casi ex alcaldes quintanarroenses pese a que algunos ya tienen nuevo empleo,  y otros en esas andan, y la mayoría se vislumbra pronto en otra posición política, dejaron sendos pendientes en sus municipios, en su mayoría económicos, los cuales están saliendo a relucir a últimas fechas.
El caso más analizado es el de  Benito Juárez que tuvo tres ediles, Gregorio Sánchez Martínez, Latifa Muza Simón y Jaime Hernández Zaragoza, quien cierra su encomienda como alcalde de Benito Juárez y de seguro estará recordando sus meses de gloria y errores que tuvo como primera autoridad de la más importante ciudad del Norte del Estado.
Hernández Zaragoza pasará a la historia como un edil infecundo y acusado por diversos grupos por situaciones y delitos como presunto tráfico de influencias, principalmente de haber favorecido con permisos y predios a invasores que hicieron trizas la ley y se adueñaron del patrimonio quintanarroense.
Su sucesor Julián Ricalde le culpará de dejar  vacías las arcas municipales, y el hecho de que jure dejar dinero en caja será solo en el papel porque solo deudas dejará Jaime Hernández.
Andrés.
En Othón P. Blanco no son diferentes las cosas, con un Andrés Ruiz Morcillo quien sólo dio problemas a los othonenses, los dividió, poca cosa hizo y se dio a conocer por sus líos de faldas en la Comuna.
Andrés Ruiz, quien se ve ya en alguna cartera estatal, cargo que seguramente logrará, pero solo un rato, pues difícilmente podrá aspirar a algo más que la Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional (Seplader).
El poco celebrado Andrés Ruiz dejará endeudado en más de 150 millones de pesos al gobierno municipal, lo mismo que las arcas quedarán totalmente vacías, situación que obligará al futuro edil Carlos Mario Villanueva a  solicitar préstamos al gobierno del Estado, eso sí, para seguir diciendo que “todo está bien y será analizado”; obvio, no puede hablar mal de cómo se gastó el dinero en Othón P. Blanco porque no sería difícil que mucho del dinero que se inyectó a su campaña haya salido de las arcas municipales.
Andrés Ruiz se olvidó del pueblo, lo que le valió constantes rechiflas y abucheos en actos públicos, a la par de que la sombra de su padrino político, Joaquín Hendricks Díaz, estará presente en él, siempre lo mismo que la de su enemigo político Eduardo Espinosa y demás líderes de colonias que acabaron aborreciéndolo.
Valfre.
Por su parte, Valfre Quetz Quen en Felipe Carrillo Puerto quedó ya para el álbum de recuerdos –de muy malos recuerdos, por cierto–, ya que no se sabrá nada más de él, ni mucho menos en la administración pública estatal; desaparecerá en la ignominia de la historia este sujeto que saqueó Carrillo Puerto, que quiso hacer negocios a diestra y siniestra quedó fuera de la jugada política y muy pronto querrá sobrevivir políticamente. 
Ni qué decir del aún primer edil de José María Morelos, Otto Ventura Osorio, y de Clementino Angulo Cupul –presidente municipal de Lázaro Cárdenas–, quienes pasaron de noche por sus municipios y entregaron a los opositores de su partido las alcaldías, deplorable fracaso que les envía en automático a la banca política.
Clementino.
Alicia Ricalde Magaña no dejará dinero en las arcas, pero eso sí, se trasladará al DIF de Benito Juárez para hacer comparsa a su hermano Julián, en tanto que los destinos isleños serán nuevamente panistas, por lo que sus trapos sucios al sol no saldrán tan descaradamente.
El menos raspado de los ex ediles es Román Quian, quien entregó finanzas sanas, esto a un Filiberto Martínez incondicional por lo que la operatividad en la comuna de Solidaridad es aceptable y el endeudamiento no fue como en los otros municipios,  buena asesoría o de verdad fue un buen alcalde, eso el tiempo lo dirá.
Otto.
En tanto alguien que será recordado como un pésimo gobernante, como alguien que llenó de ignorancia y retraso a Tulum fue su primer edil constitucional, Marciano Dzul, quien llegó a apoderarse de la localidad, a hacer más grandes sus cuentas bancarias y a hundir en el rezago a Tulum, a realizar calles para sus fraccionamientos y en lo político solito quedará acabado el todavía edil.
Marciano entregará un municipio quebrado y disfuncional a su sucesora Edith Mendoza Pino, quien hará circo, maroma y teatro para tratar de arreglar en algo al municipio que queda dañado para el priismo.
En tanto las crisis de las comunas en Quintana Roo están a todo lo que dan, circunstancia que habla de la nula operatividad política que hay en el Estado y la falta de cálculo de quien repartió el pastel, ya que hay quienes no alcanzarán rebanada y son muy pocos quienes entregarán buenos resultados.

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