sábado, 4 de junio de 2011

Los infiltrados

Con la reciente detención de diez integrantes del crimen organizado en Cancún, de nueva cuenta queda de manifiesto que Quintana Roo sigue siendo uno de los puntos más estratégicos y una plaza muy importante para diferentes células criminales que operan en la entidad de manera muy evidente desde hace casi una década.

Por José Pinto Casarrubias

La detención de los diez criminales y el rescate de un policía municipal, así como la detención de una mujer ex policía de la misma corporación, identificada como líder del grupo (de halcones) encargado de informar sobre movimientos de las autoridades, deja además al descubierto cómo los efectivos policiacos –sobre todo municipales– siguen colaborando con estos grupos criminales a pesar de las supuestas depuraciones que se han hecho.
Tuvo que ser nuevamente la Policía federal en coordinación con la Sub-procuraduría de Investigaciones especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) quienes dieran con el paradero de estos criminales, aparentemente relacionados con "Los Zetas"; no obstante reconoce el secretario de gobierno Luis González Flores que esta captura es un duro golpe para la delincuencia organizada y menciona que la coordinación con todas las instancias será clave para seguir dando resultados y que además el gobierno actual, no permitirá que integrantes de ninguna célula hagan lo que quieran; sin embargo la realidad es que hasta el momento las autoridades estatales han hecho muy poco para revertir este severo daño que han ocasionado las actividades de estos grupos delincuenciales a la imagen de la entidad y sobre todo a uno de los destinos turísticos más importantes del país, como lo es Cancún.
Lea Frías Badal, "La Negra".
En este operativo ocurrido a finales de mayo, la policía federal liberó a una persona que había sido plagiada una semana antes y de acuerdo con datos de la federación, esta organización criminal buscaba establecerse en Cancún y se caracterizaba por realizar "levantones" con lujo de violencia y entre las víctimas se encontraban elementos de distintas corporaciones.
De hecho, esta captura también tiene relación con la  tortura que sufrió el capitán de la Policía Federal Preventiva Juan Gabriel Arellano Munguía, de 51 años, quien apareció junto con su esposa en un baldío de la colonia irregular Valle Verde, a la salida de la carretera Cancún-Mérida, mismos que previamente fueron “levantados” por un comando armado la madrugada del 4 de mayo, cuando se encontraban en el hotel "El Pedregal" en compañía de sus hijos que estaban de visita en este destino turístico.
Se sabe que un soplón estaba en el mismo centro de hospedaje y dio aviso a integrantes de la delincuencia organizada quienes sacaron al sub-inspector adscrito al Aeropuerto Internacional de Cancún y le perdonaron la vida, en lo que sería una clara advertencia del crimen organizado hacia él y a otros de sus compañeros.

SIEDO mantendrá grupo de inteligencia en QR

La captura en el rancho "El Relicario" localizado en el tramo Cancún-Mérida de Juan José Heredia Moreno, alias "El Guasón", de 34 años de edad, originario de Puerto Vallarta Jalisco –identificado como uno de los líderes de plaza en Quintana Roo al servicio de la organización delictiva de "Los Zetas", presuntamente relacionado con los delitos de privación ilegal de la libertad y homicidio de víctimas y grupos antagónicos; se le vincula además con actividades de extorsión o "cobro de piso" y tráfico de drogas–César Domínguez Murguía, alias "El Traga", de 33 años de edad, originario de los Tuxtlas, Veracruz –identificado como el líder del grupo encargado de llevar a cabo los plagios y homicidios de integrantes de grupos antagónicos y de elementos policiales–, Lea Frías Badal, alias "La Negra"; Jasiel Pérez Gómez, alias "El Loco", de 19 años de edad; Termestino De la Cruz López, alias "El Seco”; Edgardo García García, alias "La Perejila”; Saúl Rodríguez Mora, alias "El Llavero; Alfredo Hernández Guzmán, alias "El Burro; Juan Pedro Saucedo Alvarado, alias "El Lagartijo" y de Samantha Heredia Cabrera, alias "La Osa”  es otro foco rojo más que se enciende y por ello la SIEDO seguirá realizando sus operativos en conjunto con la Policía federal, el Ejército y la Marina en distintos puntos de la entidad, principalmente en la zona norte donde se han detectado decenas de casas de seguridad y narco-laboratorios, protegidos por algunos elementos policiacos de los tres niveles de gobierno.
Sin ir más lejos, el pasado lunes 30 de mayo, elementos del ejército y la marina, instrumentaron un ostentoso operativo en la supermanzana 29, sobre avenida la Costa, para ubicar una casa de seguridad, luego de una llamada anónima. 
Y es que casualmente, por diferencia de horas con esta importante captura, se reportó el hallazgo de dos cuerpos en diferentes puntos de la ciudad, el primero fue el cadáver de una mujer identificada como Gabriela de Jesús Magaña Osorio, de 21 años de edad, originaria del estado de Yucatán, a quien reconoció  su hermano y que fue hallada en una casa abandonada ubicada a un costado del arco vial norte, a unos 400 metros de la avenida José López Portillo.
De acuerdo al resultado de la necropsia, falleció por fractura severa de cráneo con lesión de encéfalo por penetración de proyectil de arma de fuego. De hecho,  la víctima presentó seis orificios de bala, tres de entrada y tres de salida y el tiempo de fallecimiento es de 48 horas aproximadamente, con referencia de signos tanatológicos y presencia activa de larvas y fauna cadavérica. Otros estudios revelan negativo a alcohol, y abuso sexual.
En el lugar fueron hallados tres casquillos percutidos calibre 9 milímetros, mientras que el sujeto encontrado muerto, ese mismo día, en la supermanzana 67, que ya fue identificado como  Ricardo Enrique Kuc Chablé, de 38 años de edad, originario de Campeche, de oficio recepcionista de hotel, murió de asfixia por sofocación y politraumatizado, según informó el director de los servicios periciales, de la procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) Luis Fernando Ventura Nah, quien también mencionó que  tenía 36 horas de haber sido asesinado.
Ambos casos se presume tienen relación entre si, además de estar vinculados con actividades propias del narco-menudeo, sin que hasta el momento se puedan relacionar estas ejecuciones con la detención de los diez sicarios.

La ciudadanía  parece no inquietarse… aunque debería

Ante estos hechos, la ciudadanía toma sus reservas, pero curiosamente ya no teme este tipo de detenciones o ejecuciones por considerar que el crimen organizado no atenta contra la población civil, sino que "se matan entre ellos mismos", pero basta recordar como a finales del 2010, integrantes del crimen organizado irrumpieron en una famosa coctelería de Cancún y asesinaron a tres personas, cuando el lugar estaba lleno y pudieron salir heridos más personas ajenas al asunto.
Meses antes, pero en ese mismo año, varias personas fueron halladas sin vida dentro de un pozo, sobre la carretera a Mérida, entre ellas una niña de 15 años, que nada tenía que ver con la delincuencia organizada, aunque su padre sí.
En febrero del 2008 un niño de escasos 8 años (Kevin Barrilta) fue acribillado a balazos en el fraccionamiento la Guadalupana, cuando un comando armado seguía a su padre David Barrita, para un ajuste de cuentas y en la emboscada, el menor sucumbió. Además de la ejecución del sub-delegado de la PGR en Quintana Roo, Sam Rodríguez Rodríguez, asesinado a balazos el primero de agosto del 2006 a un costado de la propia delegación federal cuando viajaba en su camioneta junto con su esposa e hijo, quienes de manera increíble salieron ilesos.
Por lo anterior queda claro, que la delincuencia organizada cambió sus códigos y actualmente ni siquiera reparan en disparar aunque sea en contra de un menor o un civil que nada tenga que ver con actividades ilícitas y esto, evidentemente pone en riesgo a cualquier ciudadano  e incluso vacacionista, lo que podría llegar a provocar  una inminente debacle en el turismo nacional y extranjero.

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