Por Alberto Cervantes
Cuando alguien inventa hasta amigos imaginarios se puede uno esperar lo peor, y así parece ser que le sucede al diputado federal Gustavo Ortega Joaquín, a quien ahora le dio por crear "militantes destacados" de su partido en twitter.
Haber dejado a la Isla de Cozumel con las arcas municipales saqueadas tras su penosa gestión como edil, haber sido un represor de la libertad de expresión, estar vinculado en obras y operaciones financieras no claras y tener el rechazo del pueblo -que ni en su casilla votó por él-: esos son los antecedentes reales de Gustavo Antonio Miguel Ortega Joaquín.
Pero lo que son las cosas del ajedrez político; con todo, logró llegar a la diputación federal vía plurinominal tras ser rechazado y mal calificado por su pueblo pero palomeado y aprobado por el primer panista del país, así que representa a quienes lo rechazaron tajantemente con su voto, merced a este extraño "juego de la democracia".
Sin más merecimiento que ser panista y lame botas del presidente de México, Felipe Calderón, Gustavo Ortega Joaquín se ha dedicado desde la Cámara de Diputados a viaticar sin ton ni son y derrochar miles de pesos del erario público por Europa, así como a pelearse con los integrantes del gabinete presidencial y hacer guerra sucia, y más recientemente a lamerle las zapatillas a Josefina Vázquez Mota, precandidata presidencial panista a quien le quiere vender los espejitos de que es un panista de valía y un político de altura con gran reconocimiento en Quintana Roo, circunstancia muy distante de la realidad.
Ahora, como es común en esta época de lluvias, el mosquito transmisor del dengue está presente en Quintana Roo como cada temporada -algo nada nuevo, consecuencia de nuestro clima y flora-, amenaza contra la cual los esfuerzos por parte del gobierno del Estado vía la Secretaría Estatal de Salud (Sesa) y el ayuntamiento cozumeleño están a la vista, pero que Gustavo Ortega sin más quiere descalificar.
Hoy Ortega Joaquín quiere llevar agua a su molino y erigirse en la "voz y enlace de Quintana Roo con la federación" mediante el envío masivo de correos electrónicos en donde habitantes sin nombre ni apellido, supuestamente de Cozumel, le piden y casi le suplican que ponga al tanto a Felipe Calderón y a la federación del problema del dengue en la entidad.
Él, como "buen samaritano" quiere ahora ser el salvador del pueblo; señor diputado, parece ser que se le olvida que en su trienio -específicamente en 2007- los números del dengue en Quintana Roo a estas alturas estaban a un cuádruple de las de hoy y Cozumel estaba mucho peor en esas cifras.
Ahí en aquel entonces usted no se enarboló ni como vocero ni salvador de nada ni de nadie; ahora, como entonces, habría más bien de quedarse calladito y sin chistar, y no pretender lucrar políticamente con el dolor ajeno para colgarse de una situación tan lamentable como lo es el que la gente se contagie de dengue para acusar que "no se está trabajando".
En la Isla de las Golondrinas -esa que usted saqueó durante tres años- se está trabajando para combatir el dengue como se hace en todo el Estado, y de refilón en su ciberguerrita sucia, ahora también señala que la situación económica en Cozumel no es buena.
Señor diputado, pareciera que ha descubierto el agua tibia o el hilo negro: si la situación económica está difícil en todo el mundo, y nuestro país no es la excepción.
Y si a eso le sumamos que flamantes diputados del PAN como usted se dedicaron en este tiempo en San Lázaro a aumentar impuestos y secundar a Felipe Calderón en el alza a combustibles, no nos salga ahora con que es un fenómeno exclusivo de la Isla de las Golondrinas, que se está en una época difícil para la economía.
Y en el colmo de sus mentiras ahora resulta ser que inventa personas en las redes sociales, como descubrimos a un tal Luis Omar Ruiz, quien resulta ser que en su cuenta de twitter es el panista "non plus ultra" y es representante ante Quintana Roo del proyecto Por Ti Sí Voy.
Pero curiosamente a este sujeto, Luis Omar, ni los panistas lo conocen, y sí ha reenviado twitts de Gustavo Ortega Joaquín quien, al no tener amigos de verdad, parece ser que ha optado por inventárselos, aunque sea en redes sociales; ojalá no invente a más de uno; si no, capaz que prefieren hablarse entre ellos e ignorar a su creador.
Situaciones mentales graves, sin duda, que solo empiezan a denostar que la locura de Gustavo Ortega Joaquín cada vez es más grande y sigue creciendo, lo que lo pone como un sicópata de la política que pudiera actuar de las maneras más insospechadas.
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