miércoles, 23 de enero de 2013

Desde la Zona Maya



Felipe Carrillo Puerto, en una encrucijada histórica

Por Miguel Jesús Arroyo Sánchez

Surgida de un movimiento social, la zona maya del centro de Quintana Roo ha sido testigo de cambios constantes. Desde los tiempos de los cacicazgos de la región de Cochua antes de la llegada de los españoles, pasando por la Guerra Social Maya –o Guerra de Castas– de 1947 a 1901. Desde la fundación de Noh Caj Chan Santa Cruz Kampokolche Balam Naj, que hoy es la conocida, ya catalogada como pequeña ciudad, Felipe Carrillo Puerto.
Sin duda una región de constante cambio en el estado de Quintana Roo, un espacio con una identidad un tanto mezclada, pero con un gran potencial para desarrollarse diferente al modelo que caracteriza al norte de Quintana Roo.
Felipe Carrillo Puerto y su zona de influencia cuentan con variedad de espacios interesantes, histórica y culturalmente hablando, lugares donde existe producción como la miel, chicle, pitahayas, así como una masa forestal extensa. Sin embargo, vienen tiempos de decisión, tiempos en donde tenemos que estar seguros hacia donde queremos ir, ya que durante mucho tiempo Felipe Carrillo Puerto se ha caracterizado por su crecimiento y desarrollo lento, que aunque para muchos brinda beneficios como la seguridad y un ambiente familiar entre sus habitantes, hoy en día estamos a punto, queramos o no, de un detone acelerado. Estamos quedando en medio de dos espacios turísticamente conocidos: en la zona sur, con la Grand Costa Maya y su desarrollo de Bacalar y sobre todo Mahahual, y en la parte norte con Tulum, que es el icono del gran destino internacional conocido como Riviera Maya. Pareciera que tenemos tiempo para pensar nuestro rumbo; sin embargo estamos en el punto de decisión de poder opinar sobre lo que queremos como ciudadanos para Felipe Carrillo Puerto.
Es una gran verdad que se tienen muchas necesidades en nuestro municipio, y sobre todo hace falta un mejor ingreso para las familias. Pero ¿qué es lo mejor para la mayoría? y sobre todo, ¿cómo podemos escoger la mejor visión de nuestro desarrollo?
Nuestra gente vive de dos ingresos principalmente:
Subsidios de gobierno: desde el pago al sector educativo, gobierno municipal, hasta programas de beneficio social.
Sector privado: desde pequeños comercios,  hasta las recientes cadenas empresariales que tenemos hoy en día, que generan empleos, así como las personas que trabajan en los hoteles o que están laborando en invernaderos de producción, y que ambas dependen de temporadas, una turística y otra comercial o de oferta-demanda según el mercado internacional y nacional.
Y bien, esto es lo que hasta ahora ha permitido mantener económicamente a los habitantes. Ahora bien: el sector social que no tiene estos ingresos ¿de qué vive? Por citar un caso, podemos comentar del campesino que produce de forma independiente, que algunos ni siquiera son ejidatarios; estos últimos mencionados reciben cada determinada temporada un pago por sus maderas o por algún otro ingreso del ejido, pero este campesino que no es ejidatario ni asalariado, ¿cómo sobrevive? Son personas que dependen de lo que sus milpas les den, de lo que puedan cosechar, inclusive cazar, esto les dificulta que puedan involucrarse en un rol económico que genere dinero que circule, esto no sólo les afecta a ellos, sino a toda su familia y principalmente a  los hijos de estos carrilloportenses, por tener más difícil el acceso al estudio en un mundo que cada vez aumenta sus exigencias con este tipo de requisitos. Ante este panorama, ¿qué opciones tenemos?
Se requiere que los programas sociales lleguen a más personas y que sean mucho más flexibles, ya que muchos se enfocan a poblaciones objetivos que comprueben ciertas cosas, como títulos de propiedad, o que sean ejidatarios. Esto dificulta a muchos la posibilidad de acceder a estos beneficios. Considero que se debe analizar más a fondo tal circunstancia y que estos programas sean más flexibles de manera que la mayoría o todos los realmente necesitados, que no cuenten con otras opciones de ingreso, puedan tener estos beneficios, y que vaya mas allá de algo económico, que se les brinden las herramientas necesarias para que al menos puedan producir lo que consumen; mientras haya qué comer, lo demás se adquiere por añadidura.
La otra opción es conseguir potencializar los espacios aledaños a la reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, sobre todo adaptándonos a lo que está viniendo, pero conforme a un modelo de desarrollo sustentable.
Hoy en día el Banco Interamericano de Desarrollo, en coordinación con la Asociación Civil Amigos de Sian Ka’an, están realizando investigaciones para poder crear alternativas, y propuestas para detonar turísticamente los espacios aledaños a Sian Ka’an. Nos queda estar en constante contacto con este tipo de proyectos para verificar qué rumbo va teniendo y sobre todo saber la mejor manera de prepararnos, porque dependiendo de los resultados podemos decidir quién puede involucrarse y cómo.
Estas dos alternativas son apenas unas de las muchas que hay para seguir creciendo y desarrollando  nuestro potencial en este municipio, que hoy en día es el más grande en extensión territorial de todo el estado de Quintana Roo.

Miguel Jesús Arroyo Sánchez es asesor turístico y miembro representante en México de la Alianza Mesoamericana de Ecoturismo.

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