Marciano, genio y figura...
Por Alberto Cervantes
Sacó el cobre... |
La necedad y ambición por el poder de Marciano Dzul Caamal se reflejó hasta las últimas horas de su mandato, e incluso después, pues ya sin ostentar el cargo de presidente municipal continuaba generando problemas y quedando mal con los tulumnenses y con quienes erróneamente en alguna ocasión le brindaron su confianza y le dieron el voto.
Esto debido a que Marciano Dzul, la noche del 9 de abril se desapareció, y por esta razón no se le encontraba y en plena entrega-recepción de la administración nada hizo porque las cosas quedaran bien.
En un afán de rapiña, Marciano Dzul se dedicó a saquear no sólo las arcas municipales con el desvío de recursos y dejar en ceros al gobierno municipal de Tulum, sino a llevarse de las oficinas de la comuna los muebles propiedad del pueblo.
Y para querer cubrir su robo, en su mente convexa y hueca, Dzul Caamal se resistía a entregar las llaves de la presidencia municipal a su sucesora Edith Mendoza.
En una actitud infantil, el edil quería seguir teniendo el dominio del municipio manteniendo en su poder las llaves, y fue hasta el 11 de abril que se dignó a enviárselas a la munícipe.
Además de ello, Marciano Dzul literalmente echó a la calle documentos y objetos que albergaban áreas como la Oficialía Mayor y Catastro, sitios que oportunamente, desde estas páginas, denunciamos que eran de su propiedad y que por tanto fungía como juez y parte cobrando y pagando, cobrando como dueño de los inmuebles y pagando del presupuesto tulumnense.
El gran berrinche de Marciano Dzul fue debido a que se le negaron posiciones para algunos de sus allegados dentro del gabinete de Edith Mendoza, y por esta razón el edil se encorajinó y tuvo estas actitudes impropias.
Como niño pequeño y berrinchudo, el edil, que resultó un vulgar ladronzuelo, no “jaló” con los bacines del palacio municipal porque no tuvo como llevárselos, si no, de seguro hasta de ellos se hubiera hecho.
Así, el primer edil tulumnense pasa a la historia como un pésimo funcionario, quien ahora como civil tendrá que enfrentar procesos de inhabilitamiento, debido a lo nefasta que ha sido su actuación en la administración pública, lo que incluso pudiera llevarlo a pasar sus días tras las rejas por ladrón, ya que ahora no sólo saqueó al erario sino también se apropió de bienes inmuebles del municipio.
De igual manera, en Seguridad Pública más de 50 policías no existen como gendarmes, eran o aviadores o la bola de chóferes de la Untrac, que formaban parte de la pandilla de ladrones comandados por Marciano Dzul.
Es de esperarse que Edith Mendoza cobre en nombre del pueblo esta factura al nefasto ex edil, quien hasta el final tuvo que quedar mal con la población y con él mismo.
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