lunes, 22 de agosto de 2011

"El Periodismo no es un negocio": Jonathann Estrada

Nace el Grupo Editorial Contrapunto, a casi una década y después de enfrentar un proceso penal de tres años y medio de libertad condicional y 25 horas de encarcelamiento.

Por Francisco Cervera (Pico de Gallo)

 —Jonathann, nos aproximamos ya a la primera década de vida de Contrapunto. ¿Te sientes satisfecho del camino recorrido?
—Así es; en abril del año próximo se cumplirán diez años ya. Por supuesto que me siento contento con lo logrado, pues muchos apostaron que no llegaríamos siquiera a cumplir el primero. Y después, a lo largo de todo este tiempo, muchas veces hubo quienes auguraron nuestro inminente final. En verdad no ha sido un camino sencillo, tú lo sabes: ante la escasez de presupuesto, ante los embates de los tiempos difíciles, la persistencia y la solidez de nuestras convicciones han sido nuestra mejor arma. Así que tengo muchos motivos para sentirme orgulloso, aunque no satisfecho, pues por fortuna aún tenemos muchos retos por delante.

—Retos que, además, sigues enfrentando con el mismo entusiasmo, la misma pasión que al principio…

—Exacto, es otra de las claves de nuestro éxito, junto con la constancia: nunca hemos perdido ese espíritu de continuar aprendiendo para ser mejores; siempre congruentes con nuestras convicciones, con nosotros mismos. Nunca nos endulzó el interés económico. Hemos tenido significativas ofertas, pero siempre hemos optado por nuestra libertad, aunque el crecimiento sea paulatino.

—Es decir, no consideras el periodismo como un negocio…
—Por supuesto que no; desde sus orígenes el oficio periodístico reviste un sentido social, humano, de contribución con la comunidad, y en ese ideario nos basamos. En lo que respecta al apoyo económico, para eso existen las inserciones publicitarias, que quizás no abunden en nuestras páginas, pero precisamente gracias a que hemos sabido labrar un renombre para Contrapunto se encuentran bien cotizadas, lo suficiente para garantizar nuestro sustento y el de las más de treinta familias que dependen de esta empresa.

—Pero ¿y la publicidad gubernamental? ¿No implica ataduras para esa reiterada intención de mantener la independencia de
Contrapunto?
—Siempre hemos procurado establecer de manera muy clara la división gobierno-prensa, que no rivalidad. Mantener una relación de respeto, fraternidad y ética, sin que ninguno sea rehén del otro por lo que pueda aparecer o no en nuestras páginas. Por fortuna, a medida que hemos logrado afianzarnos como lectura de primera mano entre la clase política, hemos encontrado apertura y disposición en las instancias gubernamentales a las que hemos recurrido.

 
 
La clase política, presente en las conmemoraciones de aniversario de Contrapunto. “La relación gobierno-prensa, de respeto, fraternidad y ética, sin que ninguno sea rehén del otro por lo que pueda aparecer o no en nuestras páginas.”
—No faltará quien critique esta entrevista como un afán protagónico de tu parte, de pretender erigir a Contrapunto en una especie de adalid de la libertad de expresión...
—No es nuestra intención, nuestra lucha es por el oficio periodístico, sin intención de erigirnos en nada, simplemente continuar en ella como lo que hemos sido hasta ahora, actores individuales, con ideales propios y convicciones firmes. Hemos pasado un mar de circunstancias para conseguir nuestra independencia y libertad, porque entre nuestro esquema moral existe también el respeto, incluso para quienes se autoerigen nuestros enemigos o rivales.

—A ese tema iba, porque el camino de la independencia y la congruencia seguramente te ha valido no pocos enemigos…
—No nos quitan el sueño. No tenemos miedo a los corruptos ni a los delincuentes porque no tomamos partido ni tampoco adquirimos rivalidades. Las que nos llegan, son por sí solas y así como se erigen, se disuaden. Pero al mismo tiempo, somos guerreros y sabemos defender con valor y coraje nuestro oficio, nuestras creencias y nuestro patrimonio.
 Jonathann Estrada, acompañado por Sonia de la Pena, Tere Camino, Lorena Obregón, Abelardo Vara, Guayo Garza, Dora Elia Garza, Oscar Camino, Zocky y Javier Zubirán, Rafael Obregón y Diego de la Peña, en el marco del IV Aniversario de Contrapunto, el 18 de mayo de 2006.
—Bien lo sé. En la defensa de tus convicciones has enfrentado procesos legales, de los que saliste victorioso con tenacidad, apoyado por la fuerza de la razón.
—Así es. Estuve tres años y medio bajo libertad condicional porque el sistema jurídico del que se apropió la entonces procuradora Celia Pérez Gordillo, en alianza con un grupo de políticos que veían con dolo nuestro trabajo, consignó un expediente por un supuesto delito de difamación que el Juez Tercero de lo Penal consideró real y procesó bajo consigna, para mantenerme bajo caución durante más de tres años. Tres años y medio, para ser precisos, que fueron suficientes para que un juez federal le explicara en 21 fojas al juez local que había violentado mis garantías individuales y lacerado la Ley de Imprenta.
El juez federal ordenó entonces a Victor Echeverria Tun, Juez Tercero de lo Penal en Quintana Roo, que revocara el Auto de Formal Prision y que dictaminara lo que la ley establece, fijando un criterio apegado a la misma. En consecuencia fui exonerado y sentenciado con Auto de Formal Libertad. Los medios nacionales y locales dieron cuenta de cada circunstancia y con este triunfo Contrapunto subrayó una vez más lo que somos: un medio de comunicación independiente y libre. 

—No fue la única vez que has debido luchar contra quienes, amparados por el poder y manipulando la legalidad, han pretendido acallar a Contrapunto. En otra ocasión, incluso pisaste la cárcel… 
—Otra difícil experiencia de la que también salimos avante: el 12 de octubre del 2007, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió una recomendación directa del Ombudsman de México, que fue publicada en centenares de medios de comunicación en toda la República Mexicana. Solicitaba a las contralorías estatal y municipal –de Quintana Roo y Cozumel– sancionar con juicios jurídicos e inhabilitación a funcionarios del gobierno de Cozumel, en aquel entonces en manos de Gustavo Ortega Joaquín, por mi encarcelamiento injustificado, privación ilegal de la libertad, violación a mis garantías individuales y a la libertad de expresión.
Casi un año había pasado desde que sin causa alguna y solo por la publicación, en las páginas de Contrapunto, de un contenido que incomodó al entonces presidente municipal de Cozumel, fui recluido el 18 de noviembre del 2006 en una celda aislada, sin alimentos ni bebidas, sin derecho a un abogado y sin dar referencia de mi ubicación a ninguno de mis familiares y amigos. Estuve detenido por más de 25 horas en la cárcel de Cozumel y autoridades de todos los niveles tuvieron que ejercer presión para que el alcalde Gustavo Ortega me liberara. 

Repetidas veces, la Justicia ha dado la razón a Contrapunto contra los enemigos de la Libertad de Expresión.
—No son las únicas, pero estas dos referencias me parecen el claro símbolo del ideario congruente que sustenta a Contrapunto, que no se somete a las inclemencias pues no abaten su ánimo ni menoscaban los ideales que lo afianzan. Y nuestros lectores lo tienen claro…
—Sin duda; es algo que por fortuna ha permeado también entre quienes colaboran con nosotros, saben que la lucha por nuestros ideales no ha sido cuestión de viandas ni de simples ocurrencias; existe el sustento ideológico y en nombre de él hemos tributado sin claudicar el debido sacrificio que a lo largo de la historia ha enmarcado a idealistas y filósofos como el héroe cubano, también periodista, José Martí.

—Algo que me satisface mucho es el tono incluyente de tus palabras, el empleo persistente del plural, siempre procurando integrar a quienes han hecho de Contrapunto la empresa sólida –en muchos sentidos– que hoy es.
—Claro. La historia de un hombre, como de quienes están en su entorno, enmarca la verdadera Fe en sus ideales. Y yo creo en mis socios y colaboradores. Existe confianza y equidad. Esa es la clave de nuestro trabajo. Hay armonía y concordia. Caminamos juntos, y juntos también estamos creciendo. Por eso ahora no somos solo Contrapunto, la revista, sino que hemos conformado el Grupo Editorial Contrapunto, con dos socios más, con los que conformamos las Cinco Estrellas: Talina González y Carlos Díaz, directivos de las revistas MÁAX y Happening, respectivamente, suman su talento a Francisco Cervera, Ariel Padilla y un servidor. MÁAX y Happening se integran a nuestro camino y se mantendrán con el mismo espíritu que tiene Contrapunto: nosotros no vemos competidores; nosotros vemos colegas y amigos.
Jonathann Estrada, Francisco Cervera, Ariel Padilla, Talina González y Carlos Díaz. Las 5 Estrellas del Grupo Editorial Contrapunto.

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